Al interior de la montaña a más de 2 mil metros de profundidad, la oscuridad, las altas temperaturas y la presión de la tierra, se unen para calentar el agua que se ha filtrado desde el bosque húmedo de niebla que está en la superficie, hasta el punto de evaporarla.

El agua condensada en vapor busca de nuevo el exterior, subiendo por las fisuras de las rocas y arrastrando a su paso los minerales del terreno por el que circula hasta brotar en medio del bosque de la cordillera central de los Andes Colombianos a más de 80º de temperatura.

Así se forman las aguas termales en San Vicente Reserva Termal, luego de circular en pozos subterráneos totalmente naturales de origen telúrico, pues no provienen directamente del volcán sino de las capas de la tierra, lo que las hace ser beneficas para el bienestar de las personas. 

Nuestras aguas no son azufradas por ello no tienen olor ni sabor ácido, siendo ideales para la balneación y el consumo humano. Poseen más de 27 minerales y oligoelementos esenciales para el desarrollo de nuestro organismo, entre los que se encuentran el calcio, bicarbonato, potasio, sodio, hierro, fluoruro, magnesio, entre otros.

Gracias al cuidado del bosque húmedo, nuestras aguas termales son un recurso renovable, que se mantiene en el tiempo al conservar la húmedad del terreno y la actividad geológica de la zona.